Los Políticos y el Síndrome de Hubris
Pero… ¿por
qué una persona tolera aguantar rechazo, humillaciones, repudio colectivo e
insiste en continuar? Bueno, además de los intereses políticos, compromiso con
sus pares y de la colectividad, se habla del “Síndrome de
Hubris”. También es sinónimo de adicción al poder.
No es un diagnóstico clínico. No obstante, el
Síndrome de Hubris, ha sido asociado a personas que se
apegan enfermizamente al poder. El mismo se caracteriza por ser
prepotente, tener ideas fijas preconcebidas, rechazar posturas que no sean
afines a sus ideas, conducta narcisista, inflexibilidad, percepción de que los
demás son inferiores. Además de tener un ego desmedido y egocéntrico.
En 2008, el neurólogo, David Owen, publicó un libro en el que,
atraído por el comportamiento y el perfil psicológico de ciertos políticos
(parlamentarios, dictadores…), acuña el término ‘síndrome de hubris’, para
describir a los mandatarios que creen estar llamados a realizar grandes obras y
que muestran tendencia a la grandiosidad, la omnipotencia y son incapaces
de escuchar, mostrándose impermeables a las críticas, aferrándose enfermizamente
al poder. El rival debe ser vencido a cualquier
precio.
Otras características descritas en el síndrome lo
son: percepción errónea de que no deben rendir cuentas a sus iguales, colegas o
a la sociedad, sino ante Dios; creencia firme de que no van a ser procesados y de
ocurrir, dicha corte les absolverá. La
pérdida del control o de la popularidad termina en la desolación, la rabia, el
rencor y aislamiento progresivo. Pueden tener pérdida de contacto con la
realidad.
Por el
momento, nos hemos librado de una tiranía que pudo haber hundido más a Puerto
Rico, en la debacle social y el bache económico en que se encuentra. Sin
embargo, como país no debemos bajar la guardia. Pues quedan muchos políticos en
el poder, que cojean de la misma pata.
Con mucho cariño.
L.C.I. Marisol Torres Martinez
COLABORADORA INVITADA
gaviotacree@gmail.com
Tel 787-375-6839
